lunes, 26 de noviembre de 2012

Para muestra basta un botón

Ya no tiene sentido, es parte de mi muestra: tener una idea, en apariencia buena, escrita a destiempo por preocupaciones menores. Cuando se aleja de la musa(?) pierde el sentido y el mensaje se desdibuja. 

Odio los cumpleaños, sobre todo los de la gente que quiero. Pero mientras ellos no los odien mis actitudes serán interpretadas en forma nefasta, en una posibilidad latente...

Y ahora: el fin. Cuando se termina se vuelve a empezar otra cosa, o lo mismo pero con distinto nombre. Así, la vida se reduce a la sucesión de hechos que se concadenan en un proceso estructural. Quizá, también, sea un poco más. Démosle a los hechos un sinsentido y tendremos un arte frustrada característica de la soledad construida. Me dijo mi vieja, el lunes: no estás sola. Me alegro porque ella no pueda entender la soledad como yo. El amor que le tengo me hace sentir bien por aquella no-comunicación.  

Encontré el amor, entendido como puntapié soñado y acompañamiento belicoso, en un par de hojas suicidas. ¿Quién puede quitarme mi doble versión de la completud? Eso no sacia mi necesidad de comerme en vida, consumir las herramientas en forma devoradora. Predar cada una de las posibilidades de ser no-tan-infeliz. Ohh, doble negación. Bendita seas entre todas las que niegan..

¡Las imposibilidades! A no olvidar: lo que me es posible sin ton ni son es aquello que interfiere en las posibilidades reales, a saber: existir en forma tranquila. 

Volveré a estudiar, lo prometo. 
Cuenta regresiva.. unas... treinta y cinco horas para ser guillotinada. 
Me quedé sin tinta, creo.
Irónico ¿No? 


¿Qué carajo estoy haciendo con mi vida?

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