martes, 18 de septiembre de 2012

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"-Poco me importa -continué-. Sepa, además, que es peligroso que paseemos juntos. He experimentado muchas veces deseos de pegarla,de desfigurarla, de estrangularla. ¿Cree usted que no me atrevería? Me hace usted perder la razón. ¿Imagina que temo el escándalo? ¿El enojode usted? ¡Qué me importan a mí el escándalo y su enojo! La amo sin esperanza y sé que luego la amaría mucho más. Si la mato, tendré que matarme yo también. Pues bien, me mataré lo más tarde posible, a finde sentir lejos de usted ese dolor intolerable. ¿Quiere saber una cosa increíble? La amo cada día más, lo que es casi imposible. ¿Y después de esto quiere que no sea fatalista? Recuerde lo que le dije anteayer, en Schlangenberg, cuando me retó: "Diga una sola palabra y me arrojo a labismo." Si hubiese dicho esa palabra, me hubiera precipitado en él.¿Puede usted dudar de ello?"

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