jueves, 26 de julio de 2012

Te soñé, deseé que existas y ahí estabas.
Bailando sobre una soga preguntándome a diario si es que te quiero,
si te soy sincera y cuánto dolor puedo llegar a causarte.
Estabas ahí, me abrazabas mientras se camuflaba el calor.


martes, 24 de julio de 2012



Hace once años, en Montevideo, yo estaba esperando a Florencia en la puerta de la casa. Ella era muy chica; caminaba como un osito. Yo la veía poco. Me quedaba en el diario hasta cualquier hora y por las mañanas trabajaba en la Universidad. Poco sabía de ella. La besaba dormida, a veces le llevaba chocolatines o juguetes.

La madre no estaba aquella tarde, y yo esperaba en la puerta de la casa el ómnibus que traía a Florencia de la jardinería.
Llegó muy triste. No hablaba. En el ascensor hacía pucheros. Después dejó que la leche se enfriara en el tazón. Miraba el piso.
La senté en mis rodillas y le pedí que me contara. Ella negó con la cabeza. La acaricié, la besé en la frente. Se le escapó alguna lágrima. Con el pañuelo le sequé la cara y la soné. Entonces volví a pedirle:
- Andá, decime.
Me contó que su mejor amiga le había dicho que no la quería.
Lloramos juntos, no sé cuánto tiempo, abrazados los dos, ahí en la silla.
Yo sentía las lastimaduras que Florencia iba a sufrir a lo largo de los años y hubiera querido que Dios existiera y no fuera sordo, para poder rogarle que me diera todo el dolor que le tenía reservado.

lunes, 16 de julio de 2012

Hechizo - Catupecu Machu




No es la primer vez
que me encuentro tan cerca 
de conocer la locura 
y ahora por fin 
ya se que es 
no poder controlar 
ni siquiera tus brazos 

Y sientes que están 
completamente agotados 
no entiendes por qué 

Antes o después 
debería intentarlo 
someterme a su hechizo 
Olvidando mentir 
en otro nivel 
no querer recordar 
ni siquiera el pasado 

Que sientes que está 
completamente agotado 
y no entiendes porqué 

Vámonos de esta habitación 
al espacio exterior 
se nublan los ojos 
todo de un mismo color 
mientras todo da igual, 
mientras todo da igual. 

Ganar o perder 
sé que nunca me importa 
lo que embruja es el riesgo 
y no donde ir 
y subes a otro nivel 
y no puedes llegar 
ni siquiera a tocarlo. 

Y sientes que estas 
completamente agotado 
no entiendes por qué 

Vámonos 

Mientras vámonos 

Y ahora vámonos 
Mientras vámonos 
9,8,7,6,5,4,3,2,1.

Ey, chaval! Y tú cómo estás...


jueves, 12 de julio de 2012

Tic-tac


Pasa, da vueltas, dibuja el mundo de una forma admirable..
Todo lo lineal se prepara para repetirse, no hay palabras,
no son mías, se perdieron en una confusión.
Tic Tac, llegó la hora. El momento indicado, el cambio preciso. Hay que actuar.
No estamos listos, nunca.  
Se llenan los momentos de alegrías y tristezas, todas las intensidades se confunden cuando se alejan, cuando ya no están más. 

sábado, 7 de julio de 2012

Piso 11


Anochecer en el piso 11, te voy a extrañar. 
La contaminación, las casas que despiertan cerca de las 18.10.
Mediocre ciudad, mediocre yo. Igual a todos los demás. 
El encuadre perfecto, los destiempos verbales.
¿Por qué el desafinar? ¿Por qué no puedo gritar?
Todos, mejor dicho 'la mayoría' no sabe que respiro.
Algún que otro mortal se empeña en descubrirme,
conquistarme,
enterrarme bajo la autoridad.
Vos también, y me duele pensarlo, seguro lo harás.


Duele el frío, la distancia, la nostalgia olvidada...
Existir en la no creación,
dislocar pensamientos y decir solo estupideces.
Volverse cada día un poco peor.
Bastante humano, bastante hipócrita.
Un suicidio artístico sobrevalorado...


Un sueño lo explica, queda sólo en mi.
¿Quién te consume enérgicamente?
¿Quién me quita la felicidad?
Seré yo, serás vos, la mano didacta o quién más...
No me importa, la sobredosis de amargura me impide razonar.


No quiero más que esconderme en el piso 11,
esperando que pase el tiempo,
esperando que reacciones,
esperando no morir sin dejar de ser yo.
Esperando, cobardemente, enajenarme para no ser responsable de esta mierda.
El piso 11, de espaldas a tu casa,
a la mía,a mi Avellaneda querida... 
A mi mundo conocido.
No quiero más,
un baño,
renacer,
desaparecer... 

domingo, 1 de julio de 2012

Los domingos nos mutilamos hasta el cansancio

Los días como hoy son consecuentes en toda expresión. El cielo gris, malas y, paradógicamente, buenas noticias. Un mundo que ya no brillará ¿En qué órbita quedarán tus satélites?
Para todos los demás, es un domingo como cualquier otro. Para nosotros, en parte, también. ¿En qué cambia mi vida este hecho? Todo y nada a la vez. Es lo mejor, concordamos con mi hermano. Es lo mejor que pudo pasar. ¿Cómo hago para que lo entienda mi corazón?
No puedo evitar la cursilería mediocre. No puedo no sentirme mal. La muerte nos libera de la agonía constante, la muerte ajena nos hace morir un poco. La casa está en silencio, falta alguien que no vivía acá. Físicamente no voy a poder escucharte nunca más quejarte de tus arrugas, tus consejos sobre la 'ambisexualidad' y un libertinaje extraño para el siglo pasado. Sangre tana que hoy deja de fluir, un dolor que ya no aflige nos devora lentamente. 
Esperamos esto desde que nacemos, esperamos revolucionarnos desde que tenemos consciencia de nuestra existencia. Lo hiciste en vida y lo harás una y otra vez hasta que mi muerte nos desespere. ¿Existirá un cielo para creyentes? Algo que nos reconforta... una forma de mantenernos con vida a pesar del hastío que implica respirar. 
Te quise toda mi vida y te querré aun cuando te olvides de mi. Cuando entremos en la locura súbdita de la vejez serás mucho más, mucho más que el recuerdo vívido de una mujer esencialmente buena. Más que una mujer, un ser humano que tejió en el telar de la vida, alguien que merece mucho más que palabras para describirla. 
Mi hermano y yo te debemos una visita. Vos también. Por una cuestión práctica nos deberás eternamente la segunda promesa. Quizá tu energía flote esta noche por nuestras habitaciones, quizá te sea mas provechoso arropar a tus nietos. Cualquiera fuese tu decisión, vas a estar en mi cabeza todos los días que me queden, extrañándote, queriéndote, deseándote un buen viaje.
Pronto nos iremos, nosotros también. Pronto se desdibujarán de nuestras mentes todas aquellas bajas que nos entristecen los días como hoy. Pronto no habrá último suspiro, no habrá inspiración divina que nos lleve camino a casa.

Y ahora que estás ahí, contame, ¿De qué color es el no existir? ¿A qué sabe la felicidad? 

Y, por si me equivoco... Mandale saludos a la abuela y a la tía y, si es que dios es amor y comprensión, ya las iré a visitar a las tres.