sábado, 26 de mayo de 2012

We're all just lost souls ...

Boca abajo, sueño débil. Lo presiento, va a pasar. Voy a morir. Pasa. Siento un golpe en mi espalda, no entiendo qué fue, lo supongo. ¿Morí? No, sigo viva. Sigo viva porque los latidos de mi corazón ensordecen la casa entera. Sigo viva porque sigo sufriendo, porque sigo teniendo miedo de morir en cualquier momento. ¿Y ahora? Los latidos siguen. Tambres. Imagino mi corazón enajenado de la carne. Puedo verlo bombeando nada hacia todo mi ser desconectado. Puedo sentirlo, no voy a morir.Sólo un susto, uno fuerte. El más grande en mucho tiempo. Es sólo un susto, ahora lo sé. Respiro hondo, el corazón no para de gritar. ¿Por qué late tan fuerte? Como si se quisiera salir de su lugar. No lo puedo controlar. ¿Fue la perra? Lo sabía, sabía que iba a pasar. Tengo miedo, tengo taquicardia y no lo puedo controlar. Mi corazón no puede bombear más. Suspiro, suspiro y vuelvo a suspirar. Lo hago una vez más. Me desmayo. Me duermo. El corazón está en su lugar. 

Pero, no pido mucho. Sólo ser consciente de mi existencia y un abrazo de vez en cuando. ¿Pido mucho? Los abrazos están llenos de intencionalidades; el último 30 de octubre, por ejemplo, fue interés y amor. El 8 de abril de 2011 fue empatía, el 2 de enero... algo de compromiso y dolor. ¿Y entonces? ¿Qué hacer si uno recibe un abrazo desinteresado? Uno se confunde.. Uno tiene derecho a no saber para dónde salir corriendo.


 Estoy tan fuera de lugar, tan invisible para el mundo entero. Y no entiendo qué hacer, no entiendo cómo puede ser que me pese tanto este nudo gordiano en la garganta, no entiendo como espabilar mi corazón o terminar de aniquilarlo. Bueno, esto último siempre resulta más fácil, ¿No? ... 



Duele, duele de una forma espantosa. Todo se entrelaza, todo me hiere. Y yo.. no sé querer. Lo siento, de una y mil maneras, lo siento. 

Se desvanece todo muy rápido, en cuestión de segundos vuelvo a desesperarme. Sentir que mi corazón no da a basto para soportarme, tolerarme, dejarme en paz...

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