sábado, 12 de noviembre de 2011

Mi yo después de mi

Hay tantas cosas en la vida que nos parecen tan rutinarias que no logramos sentarnos, tan sólo por un instante, a meditar acerca de cuan valiosos nos pueden resultar algunos momentos. Constantemente uno se cuestiona acerca de qué habrá luego, como proseguiremos, o qué debemos hacer para que lo que está del otro lado no sea tan terrible como para desear volver a estar vivos. Pero, ¿por qué pensar en otro lado si ni siquiera logramos disfrutar lo que hay aquí?... ¿Estamos seguros que cada instante resulta precioso y valioso en nuestras vidas como para comprender que podría ser el último?
Es eso que nos consume por dentro, que logra que despertemos asustados en medio de la noche sin saber que contestarnos para tranquilizarnos, sin siquiera saber como mentirnos… Es ello que no logro quitarme de la cabeza y logra que yo formule constantemente una de las peores preguntas: ¿y si este fuese el último momento?.. si ya no quedara más porque redimirnos y tan solo debiéramos aceptar un tenebroso final del que tal vez ni seamos conscientes. Lo que me mantiene tranquila, por lo pronto, es el hecho de saber que si sigo escribiendo es porque alguna célula de mí sigue procurando razonar aquel instante tan indeseado, e inimaginado, para uno.
No hace falta llegar a una ‘edad considerable’ para que esta pregunta ronde tu cabeza durante casi todo el día, para que este tema logre hacerme dudar de cada paso que puedo llegar a dar, y concebir en cada instante mi fin más absoluto: mi olvido de mi misma. Cómo saber si los únicos que realmente lamentaran la pérdida de uno serían aquellos que llorarían profundamente nuestra ausencia, como saber si podríamos en algún momento ser conscientes de nuestra propia inexistencia. No existir más, no poder razonar, reir, disfrutar o escribir nunca más, mas allá de nuestra gran mentira de cielos infinitos que no logran callarnos por más de milésimas de segundos… cómo saber que estas en algun lado, leyendome, orgullosa de mi y de lo que siento y pienso.. cómo saber si en el fin de mi existencia tendré el agradable aroma de vos por las tardes escolares? Yo te extraño aunque casi no te recuerdo, y eso me hace sentir que estas a mi lado, aunque imagine la mayoría de tus características y comprenda lo que soy, quien soy, a partir de lo que me cuenta quien tal vez más te haya querido…




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